Yo creía en ti de mil y un modos. Creía en tu palabra, en tus ideas, en tus sueños y en tus temores.
Al llevarte el nosotros te llevaste mi fe en ti, mi confianza.
Ya no te creo y por lo mismo ya no te quiero.
Sí quiero los recuerdos, los momentos, los detalles, todo eso que es pasado, pero ya no es.
Rompiste lo único que no debió romperse, lo que debió quedarnos, y eso no lo perdono.
Ahora extraño la imagen que construí de ti, pero ya no a ti.
Añoro recuerdos creados, fantasías.
Ya no sé quién eres, ese en quien creía ya no existe y estoy de luto por eso.
Enterrar a un muerto duele, enterrar a un vivo es doblemente doloroso.
No creo que el camino nos cruce, tenemos rutas diferentes.
Voy lamiéndome las heridas, van curando lentamente, vas quedando borroso, vas sabiendo añejo.
Mientras más de ti suelto, más alto logro llegar, y eso tiene múltiples significados.
Me despido de ti, sabiendo que ya no estás, sabiendo que mañana no me sentiré como hoy ni como ayer.