jueves, 25 de septiembre de 2008

eso que uno se encuentra por ahí

Ayer leí un ensayo entretenido sobre el amor, jaja, no lo estaba buscando, pero lo encontré en un texto con el que preparaba clases; así que tomé nota de algunas ideas que me parecieron divertidas y de otras que me parecieron interesantes.

El libro se llama Una araña en el zapato y el autor del texto es Augusto Albajari y su texto está basado en el de Roland Barthes, Fragmentos de un discurso amoroso (ya había hablado yo de cuánto me gusta la intertextualidad)


Este señor escribe un ensayo sobre el proceso de enamoramiento y desenamoramiento (esa palabra existe????, pues debería)

Entonces, conozco a alguien y me gusta, la primera cita implica la presentación, que comienza con las pregunta y las respuestas al qué soy; es decir, en qué trabajo, qué hago.
Luego viene el cómo soy y finalmente el quién soy. Pero claro, así y todo, con tanta pregunta y presentación, no se puede decir que conocimos al otro en la primera cita, por más larga que haya sido.
Dice el autor que durante esas primeras charlas estamos en el proceso del goce narrativo, de encontrar puntos en común, y que uno disfruta narrándose a sí mismo.

Luego llega la etapa de los estímulos... es decir aquellos roces que nos llevan a las preguntas de "pegó su brazo al mío sin querer o queriendo?", "por qué despegó mi rodilla de la suya"?, "fue o no fue un roce?" "por qué se apartó?"

Entonces lleagmos a lo que llama la "región paradisíaca de los signos sutiles y clandestinos"...

les suena????

Y bue, llega el punto de la petición del número telefónico, que se da o pide casi accidentalmente, jaja, como sin querer queriendo.

A continuación llega el momento de las dudas neuróticas… llamo o no llamo, a qué hora llamo, con qué pretexto llamo... otra vez

les suena????

Y dice ante esto Albajari dice "En la conquista amorosa la duda solo se resuelve con el acto y no con un argumento", y le doy la razón en este punto.

"… que me haya dado el teléfono es un hecho y no un signo a interpretar.
Todo significa… estoy condenado, por enamorado, a la duda, a la estrategia, a la táctica, a la interpretación. Envuelto en el discurso amoroso, me impido disfrutar de los episodios de una conquista amorosa."

"Sueño varias veces con él, sueño sin dominar la escena y entredespierto, siento que sí puedo manejar la situación… sufro en los dos casos, el es karma de enamorado previo a la nueva cita.
Cargo con el deseo y el dolo de lo que puede ser, de lo que puedo hacer."

Luego llega la etapa de las dudassssssssssss, la reafirmación, la inseguridad:

"Cuando ya estamos saliendo
Seré gracioso, seré interesante, me esfuerzo por ser original, pero tiene sentido? Porque él no se esfuerza, él es así. Ahora lo necesito, lo extraño, lo quiero para mí."

"La sensación de carencia, es la que genera dependencia de quien supuestamente tiene lo que me falta."

Y llegada mi lectura a este punto me pregunté... somos todas tan parecidos?, de verdad buscamos en el otro aquello de lo que carecemos????, me gustaría que no fuera así, que no buscáramos juntar carencias, que fuera algo más, algo tangible.

"Espero que él llene mi vacío, me ilusiono suponiendo que ella me brinda lo que necesito, lo que no tengo. Mi seguridad proviene de tener un lugar en el Otro."

"En el amor, el Otro ocupa un lugar crítico del cual depende la autoestima del sujeto, la reconstrucción del yo. Recién cuando nos confesemos enamorados quizá vuelva a sentirme a salvo, acaso deje de preguntarme si soy gracioso o interesante, y me entregue a mí mismo."


Y claro, llega el momento de perder la individualidad, de dejar a los otros por él...

"tomo conciencia de que elegir estar con ella es renunciar a todos los otros."

Vienen las preguntas que nos hacemos sobre eso de que el amor es eterno mientras dura...
El para siempre… las relaciones que me pierdo de tener
Y el autor entonces comenta que
"El amante para algunos remedia esta angustia".

"Quiero todo, soy puro deseo… él no lo satisface a cabalidad."


"Según Barthes el flechazo es una hipnosis. Soy fascinado por una imagen. Logra raptarme la vez, la caída de los hombros, la esbeltez de su silueta, la tibieza de la mano, la forma de sonreír."

"Cuanto más el otro me ofrece los signos de su ocupación, de su indiferencia, mejor."


Y finalmente me causó gracia la clasificación de las relaciones, ya que apunta que:
"Salir es no estar decidido aún… cuando somos pareja dejamos de salir, en la mayoría de los casos… estamos adentro, fijos, colocados, seguros en un lugar.
Y veo lo ambiguo, porque yo he salido sin salir, jajaj, y eso no ha hecho la relación más estable, soooo, las relaciones no tienen reglas.

Finalmente hay una referencia al papel que tiene la correspondencia (cartas) en la relación.
"La carta es un recorte del tiempo que ya n volverá, tiempo que ya existió."

"Quemar una carta, devolverla, tirarla, para no tener la posibilidad de volver a encontrarse al otro entre mis cosas… renunciar a la tentación de volverse a ver en el otro."

"Cuando uno se deshace de las cartas amorosas, renuncia al otro como objeto. Este acto táctico, higiénico o pirotécnitco reconfigura al yo, reafirma una identidad otra."


Y las cartas de las que nunca me deshice?
tan loca estoy?

Finalmente la ruptura:

"Llorar, llorar, actuar… representar un papel… ser y parecer."

"El olvido es el imperativo de seguir adelante."

"Guardo, recuerdo, repito el relato por temor al olvido, a su destrucción."

Ouch...

"Se archiva lo que se podría olvidar…"

miércoles, 24 de septiembre de 2008

El tiempo odioso e inescrupuloso

Ya no hay tiempo, el tiempo no alcanza. Quiero hacer mil cosas, ponerme al día y alcanzar a trabajar, corregir, preparar clases, charlar con la gente, chatear con los amigos a los que no veo porque viven en otras latitudes, ver a los amigos que están aquí pero con los que ya no coincido por estar tan metida en mi vida y mi rutina. Quiero tiempo para leer, ver películas, retozar con el gato, ver a los sobrinos, charlar con mi madre, visitar a mi padre, ver a la familia.

Quiero tiempo para pasear e ir de viaje, para montar bici y trotar en las mañanas, para aprender un idioma (mandarín, por ejemplo).

Y sobre todo quiero tiempo para amar.

Llego a la casa luego del gym, alas 6 pm. y lavo mi ropa a mano (la delicada, por supuesto), que es una tarea siempre pospuesta. Pienso en que mañana cumple años mi hermano (35), pienso en un detalle para él, una carta, algo especial, algo que no haya hecho antes.
Pienso en mi clase de mañana, la planifico.

Quiero ver a la vecina y su hija, a las que ahora veo casi a diario pero por solo unos minutos.

Pienso en mi amiga S., con quien estamos en algo como un stand by que quién sabe cuánto durará.

Pienso en mi error ayer al desearle feliz cumpleaños a un amigo que cumple años en un mes. Recuerdo que JC cumplía años este mes, no recuerdo la fecha.

Pienso en mi prima, en que ya no nos hemos encontrado en el chat, en que no sé nada de ella, en que uno se distancia sin querer, otra vez por el tiempo y la rutina.

Pienso en mi amigo D., a quien quiero tanto y con quien chateé ayer un poco. Él dice que teme perder a los amigos que dejó aquí, que teme ser olvidado. Yo le digo que no, que de eso no debe preocuparse, pero luego de charlar con él pienso que eso es tan ambiguo. Es cierto que cuando venga, el cariño estará ahí, porque somos amigos muy cercanos; sin embargo no saber nada del otro por un largo tiempo lo saca de tu vida sin querer. Cómo le cuento todo lo que me pasa ahora. Él dice que extraña los cafés de la tarde en mi casa, las charlas, y entonces yo recuerdo los cafés y las charlas y también los extraño.

Paso más horas con mis alumnos en clase que con mis amigos, y esa es solo una consecuencia de la vida adulta no. Le dedicamos harto tiempo al trabajo.

Afortunadamente almuerzo un par de días en semana con mi amiga A. en el trabajo y eso me relaja. Hablamos de las clases, de nuestras vidas, de los amores; no hay tema sobre el cual no hablemos.

Pienso en cómo puede cambiar tanto en poco tiempo, incluso la odiosa rutina, que la verdad por ahora no me parece tan odiosa ni rutinaria, acepto que es porque aún no me acostumbro a ella.

“porque en UIO, aquí no existe nadie…”

escucho la canción mientras escribo y pasan por mi cabeza cientos de ideas. Nunca tuve tanta curiosidad por cómo funciona esta ciudad como ahora. Empiezo a preguntarme cosas que antes pasaban inadvertidas. Me doy cuenta también de que uno cree no cambiar, cambiar poco, y que de repente ha cambiado mucho en muchos aspectos y en otros no, nada, nadita.
Soy otra y la misma, y suena extraño pero es así. Me acuerdo de cuando estuve en Madrid, de cómo me sentía ahí, de todo lo que experimenté… y me veo ahora y veo una gran distancia, y siento que los años de verdad han pasado, afortunadamente han pasado.
Pienso en las decisiones que he tomado, en los caminos, en los amigos que me he encontrado en ese camino, y me quedo gratamente asombrada.

Madrid es mi amiga Ana, mi amiga Majo, mi amiga Consuelo.
Mi primer trabajo al volver me dio a Olivia y a mi tan querido amigo Pabli.

Terminar mi relación con E. me dio a la Fer, a G., y a un montón de nombres de hombre que me han acompañado en estos años, unos más de cerca que otros.

En el trabajo me encontré con los peques, con quienes los días son más amigables y festivos, siempre hay algo que celebrar, siempre hay un motivo para verse, siempre hay un partido de fútbol, un paseo, una parrillada o un juego de 40 en Quito o en la playa.

Y así han pasado estos años en los que he sido más conciente que nunca de cada cosa que he hecho, de cada paso que he dado. He buscado el equilibrio, lo he encontrado y vuelto a perder. Me he enamorado un par de veces como quinceañera, he disfrutado de las relaciones, he llorado un poco después. He aprendido a no enamorarme tan rápido, a bajar la velocidad y el desenfreno. Ahora sé, por ejemplo, que no puedo manejar cierto tipo de relaciones. Sé qué me hace perder el balance. Algo que he perdido un poco es la ingenuidad, y de verdad espero no seguirla perdiendo, porque ser ingenua me hace confiar, y me gusta confiar.

También he aprendido que a veces las relaciones se terminan porque ya no hay más para dar o recibir. En estos años he perdido a un par de amigos importantes, y he dejado que otro par vuelva a mi vida, así que también me queda claro que hay relaciones que solo requerían de unas largas vacaciones.

Durante un tiempo preferí el blanco y el negro, cero degradé, cero colores, cero medias tintas, ahora acepto con más facilidad las otras opciones, las acepto y me adhiero a ciertas gamas de color, pero a otras definitivamente no llegaré.

Tengo más facilidad para comunicarme con los extraños, soy más expresiva y directa, me ruborizo un poco menos que antes, jaja, he ahí la pérdida de la inocencia.

Y así, en todo eso pienso mientras lavo la ropa en el baño, mientras oigo mis 100 canciones favoritas, mientras pongo algo de orden en la casa, mientras le pongo la comida al gato y pienso en el cumple de mi hermano.
Ya son las 7 pm y vuelvo al trabajo, a terminar un capítulo del libro que leo ahora para una clase.
Voy a colgar la ropa que dejé en la lavadora y me voy, escuchando una canción de U2 y aceptando que sigo escuchando la misma música que hace 3 años, pero que también escucho otra que era absolutamente desconocida para mí entonces. Y que esa es una muestra más de que cambiamos sin cambiar, eso deber a lo que los adultos le llaman “crecer”, será?

miércoles, 10 de septiembre de 2008

inútil

Resulta que la semana pasada me caí y me golpeé las costillas del lado derecho, he pasado adolorida desde entonces, pero ha sido un dolor que me ha permitido trabajar con normalidad, así que no le hice mucho caso al asunto. Me tomé algo para el dolor ya, a otra cosa. Pues muy mal hecho de mi parte, ayer no podía moverme. Me dio algo llamado neuralgia debido al golpe y tooodo el lado derecho de mi cuerpo está adolorido. Ayer no pude ir a trabajar y buscamos un traumatólogo disponible en toda la ciudad, pero me daban cita para la próxima semana. Decidí ir a un hospital público, algo que nunca antes había tenido necesidad de hacer, porque la verdad no me enfermo con frecuencia.
En ese hospital trabaja mi prima y ella pudo lograr que me atendieran rápido en Emergencias. Me hice la radiografía y el médico de turno me diagnosticó y recetó en el corredor, frente a tooodos los accidentados del día.
Odio los hospitales, no podía regresar a ver a los heridos, la sangre me pone mal. La verdad es que para ser médico hay que ser valiente, y yo no me imagino a mi prima a diario lidiando con el dolor de otros, tan tranquila y pacienta, ahhh, es algo que admiro de verdad.

Y bueno, ayer dormí toooda la tarde y hoy amanecí mejor, fui a trabajar, y aunque el dolor sigue, es tolerable. Ayer me asusté, no podía caminar, tenía un dolor de espalda matador, y todo por no hacerle caso a mi costilla. Ayer me sentí inútil, qué terrible no poder moverse, depender de los otros, no soportar el dolor...
Ahora no puedo ir al gimnasio, no puedo cargar nada muy pesado ni soy muy ágil, pero espero que las molestias desaparezcan, extraño la actividad y que no me duela nada.
mmm, la cosa es que pensamos en la salud cuando carecemos de ella y no antes...

domingo, 7 de septiembre de 2008

a los 30

Hoy decidí arreglar un montón de papeles; encontré trabajos de estudiantes, apuntes, fotocopias, exámenes, facturas... un montón de basura inútil. Luego me encontré con una carpeta en la que están todos los documentos que usé en España, desde la credencial hasta la tarjeta de alquiler de videos, las de los almacenes, la del banco, en fin, me encanta guardar objetos inservibles.
Luego, en otra carpeta encontré el documento que certifica el divorcio de mis papás, y no recuerdó cómo llegó ese papel a mis manos ni cuando. Me imagino que lo tomé de los papeles de mi mamá en el algún momento, no sé porqué ni para qué o hace cuánto. Creo que nunca lo había leído y hoy lo leí. Leí algo que me dejó perpleja, se divorciaron cuando tenían los dos 30 años. Y ahora que mis 30 se aproximan me parece incomprensible cómo alugien puede casarse y divorciarse tan joven.
Las relaciones son tan frágiles. Y yo debo haber tenido 7 años en ese entonces, y como a muchas personas en el mundo, ese acontecimiento me marcó y lo continúa haciendo.

Me imagino que soy como soy también por ese aspecto de mi vida.
Ese documento me dio mucho en qué pensar... y pienso en las decisiones tomadas, en los caminos elegidos...

miércoles, 3 de septiembre de 2008

el trabajo

creo que en general hablo poco de mi trabajo, pero la verdad es que lo disfruto mucho. Doy clases en dos universidades, en la una estoy ya cuatro años y un poco más y en la otra dos. Este es mi primer semestre como tiempo completo, y estoy disfrutando la experiencia. Al fin tengo una oficina para corregir trabajos y recibir estudiantes, una compu que facilita mucho las cosas, y lo mejor es que ahora sí me pagan por preparar clases, darlas y corregir, digo ahora sí porque el sueldo de parcial es bajo para tanto trabajo que igual se hace.
Lo rico es que me armo el horario que quiera, mientras trabaje 30 horas semanales, así que decidí que los viernes voy a trabajar hasta la 1 para poder almorzar en Quito por lo menos una vez a la semana y de vez en cuando armar un paseo de viernes a domingo.

Por fin siento que toda la paciencia que he tenido me ha llevado a algún lado, que el trabajo que hago es bien recompensado y reconocido y siento cómo llega la estabilidad, por lo menos la económica, jeje.


Por ahora comparto la oficina con la Coordinadora de mi área, lo cual está bien porque estoy en un edificio bien ubicado de la U., tengo la fotocopiadora cerca y las caferías también. Lo malo es que no puedo recibir visitas porque siempre hay un río de gente que tiene preguntas y uno no se pude concentrar demasiado, pero hasta a eso me puedo acostumbrar.

Eso sí, extraño mi tiempo libre, eso de terminar al medio día todos los días y hacer lo que me plazca durante las tardes, pero terminar a las 4 la jornada está bien, me da para estudiar algo e ir al gimnasio y hacer vida social uno que otro día.

Y eso, los 29 van bien en muuuuchos aspectos. Me siento segura, tranquila y feliz.

lunes, 1 de septiembre de 2008

luego de la carrera

A ver, no sé por dónde empezar... 
único punto malo: tengo un dolor de piernas y caderas impresionante, camino como pato.
Miles de puntos buenos:
Ha sido una de las mejores experiencias de mi vida.
Cumplí un reto que me propuse, lo cual es fantástico.
La gente en las calles te alienta de una manera maravillosa, los niños quieren chocar sus palmas contra la tuya, te gritan "dale, sí se puede"... No faltó el borrachito que decía "eso es ch..., qué lindas las guaguas", y tampoco faltaron los comedidos que nos veían caminando en las cuestas y nos decían "pero qué pasa, esto es carrera no caminata". No podía detenerme y explicarle que correr en las cuestas era agotar las energías en los primeros kilómetros y dañar mis rodillas, así que continué sin mirar atrás.
Durante la ruta del centro hubo bandas de pueblo cada dos o tres kilómetros, lindísimo. La música era un apoyo, pero insisto, nada como la gente y sus ánimos.
El centro estaba iluminado, pero la verdad es que no puse demasiada atención a nada más que a la respiración y las cuestas.
Lloré unas cuantas veces (bueno no llorar llorar, pero se me fueron las lágrimas). 
Es una catarsis total, no sé cómo explicar todo lo que sentí, creo que lo que puedo decir es "corran alguna vez".