A ver, ya estuve como que muy idiota por mucho tiempo. Me niego a seguir así, sufriendo, lamentándome por lo que no fue, extrañando lo poco que quedó.
El tipo es un imbécil de lo peor, por lo menos conmigo fue un imbécil de lo peor, ojalá con las otras no.
Me mintió durante muuuucho tiempo, hizo planes solo, me dejó engañada esperándolo, cual Penélope, tejiendo y destejiendo, que sí voy, que no voy, que ven tú, que no sé.
Finalmente saltó todo, todo a la luz. Es inestable, eso lo sabía desde que empezamos, pero torpe, ciega, sorda y mensa, me metí en una relación con un tipo inestable.
No solo me mintió, me maltrató y manipuló de muchos modos, diciéndome a quién sí y a quién no le parecía a él que yo debía y podía ver, porque se sentía inseguro con la mitad de mis amigos y amigas.
Y no, obvio que no usaba la frase de no te doy permiso o no quiero que veas a tal o cual, pero se enojaba y había bronca cada vez que salía con amigos, sobre todo con amigos hombres.
Su inseguridad es algo que jamás logré entender, porque más monógama no puedo ser y más comprometida con la relación no podía estar, pero claro, hay gente y gente.
Mentirme, manipularme, maltratarme... eso dejé que esta relación me hiciera y seguí ahí hasta hace poco.
Finalmente pidió entrar en mi vida otra vez y le volví a creer y a abrir la puerta, en cuestión de días cambió de opinión y volvió a desaparecer dándome un portazo en la cara (metafórica la cosa).
Esto ya fue, ya estuvo, he pasado más de un año con angustia, miedo, sin certezas, recibiendo migajas.
Lo entregué todo, todo, todito, hasta lo que no se entrega, la paz, el amor propio, la calma.
Esto se acabó, esto murió hace rato y yo cargaba conmigo al difunto.
Dejo a mi difunto enterrado en Galápagos, un paraíso. Entierro todo, todito, todo.
Me voy yo, con lo que traigo puesto, sin esos miedos absurdos, sin su basura.
Yo me quiero y estoy conmigo, dispuesta a recomenzar a cada paso y hacer nuevos caminos.
Y tengo a gente linda que me acompaña de a ratos, amigos lindos, lindos, queridos, de esos que no se escapan a la primera, de esos que permanecen por años de años y están siempre.
¿Qué más puedo pedir?
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