Hoy fue uno de esos días terribles, en los que habría sido preferible no levantarme de la cama. Estaba esperando unos papeles para hacer un viaje y hoy me dijeron que el viaje se canceló... y claro, sentí como Amelié en la película, cuando se diluye y se convierte en agua, todo se me cayó. Otra vez sin piso. Ya sé que la vida está compuesta por momentos buenos y malos, pero a veces a uno se le acumulan tantos malos que ya no sabe dónde guardarlos.
Trágame tierra... Ahora necesito unas vacaciones en el Caribe, sin estrés y con mucha calma... O algo más fácil y más cercano, un fin de semana de rumba con los amigos... ¿se apuntan?
1 comentario:
hay momentos que todo parece juntarse... Seguro que todo mejora. Sé que en estos caso no hay mucho que solo que las tormentas no suelen durar mucho y traen grandes cambios un abrazo!
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