viernes, 30 de septiembre de 2011
delete
un amigo me dijo el otro día algo como "aprende a borrar, haz delete", y ese día empecé a borrar, cada día he borrado algo, un número, un mensaje, una foto. y tenía razón, todo empieza a olvidarse y me siento más ligera.
en un lugar especial
no esperaba recibir un correo que recibí, lo que decía me rompió el corazón, me dejó un hueco enorme en el pecho, me destrozó. Luego los vi juntos, y eso terminó conmigo, con lo que quedaba de mí.
no sé por qué me hizo eso de ese modo, siento que me quiere herir, que, como un niño, rompe los juguetes con tal de que nadie más los toque.
sentí niveles de dolor que no había sentido en años, se despertaron mis más profundos temores y, como Alicia, caí en un hueco profundo y sin fin en el que aún estoy.
la depresión es una etapa de este proceso de ruptura y pérdida, de distancia.
me sentí traicionada de muchas formas, me sentí boba, ingenua.
sentí rabia, ira, odio, sentí muchas cosas feas, y eso me puso aún más triste.
quisiera ser zen y poder de verdad vivir un día a la vez.
y es gracioso, pero lo que me enganchó de esa relación al principio fue que eso sentía, que al fin tenía la capacidad de disfrutar el momento, de olvidar el pasado y no darle demasiada importancia al futuro.
han sido días agónicos, insoportables.
mirar su pillama aún en mi cama, aún con su olor, y saber que no lo volveré a ver, no con los mismos ojos. saber que no estará más en mi cama, que no será más mi compañero, que todos los planes se rompieron, tomar conciencia de todo eso fue muy doloroso.
me aterré, sufrí mucho, con mucha intensidad, imaginé posibles respuestas y diálogos.
me equivoqué de muchas formas, durante mucho tiempo.
necesito pensar en eso, y también pensar en nada.
el tiempo pasa, el corazón se reconstruye, y aunque me siento aún en el hoyo, creo que dejé de caer.
necesito aún más distancia de la situación, del dolor, de mí misma.
necesito dejar de pensar en él y pensar en mí.
es un proceso tortuoso.
tengo que volver a conocerme, a reconocerme.
no me interesa una nueva relación, no por lo pronto, no podría eliminarlo de esa manera.
aún siento enojo y quiero dejar de sentirlo.
y pese a todo el dolor me veo fuerte, más fuerte de lo que siempre creo que soy, pero temo acorazar aún más mi corazón, no quiero eso para mí.
quiero seguir apostando el todo por el todo aunque me equivoque, quiero tener fuerzas para entregarme otra vez y para querer.
quiero en algún punto desear otro cuerpo.
aún es temprano para eso, para mí.
por ahora estoy conmigo, a quien había abandonado me muchas maneras por demasiado tiempo.
el adiós es doloroso por ahora, pero supongo que pronto estaré bien y que todo cobrará un nuevo sentido.
no sé por qué me hizo eso de ese modo, siento que me quiere herir, que, como un niño, rompe los juguetes con tal de que nadie más los toque.
sentí niveles de dolor que no había sentido en años, se despertaron mis más profundos temores y, como Alicia, caí en un hueco profundo y sin fin en el que aún estoy.
la depresión es una etapa de este proceso de ruptura y pérdida, de distancia.
me sentí traicionada de muchas formas, me sentí boba, ingenua.
sentí rabia, ira, odio, sentí muchas cosas feas, y eso me puso aún más triste.
quisiera ser zen y poder de verdad vivir un día a la vez.
y es gracioso, pero lo que me enganchó de esa relación al principio fue que eso sentía, que al fin tenía la capacidad de disfrutar el momento, de olvidar el pasado y no darle demasiada importancia al futuro.
han sido días agónicos, insoportables.
mirar su pillama aún en mi cama, aún con su olor, y saber que no lo volveré a ver, no con los mismos ojos. saber que no estará más en mi cama, que no será más mi compañero, que todos los planes se rompieron, tomar conciencia de todo eso fue muy doloroso.
me aterré, sufrí mucho, con mucha intensidad, imaginé posibles respuestas y diálogos.
me equivoqué de muchas formas, durante mucho tiempo.
necesito pensar en eso, y también pensar en nada.
el tiempo pasa, el corazón se reconstruye, y aunque me siento aún en el hoyo, creo que dejé de caer.
necesito aún más distancia de la situación, del dolor, de mí misma.
necesito dejar de pensar en él y pensar en mí.
es un proceso tortuoso.
tengo que volver a conocerme, a reconocerme.
no me interesa una nueva relación, no por lo pronto, no podría eliminarlo de esa manera.
aún siento enojo y quiero dejar de sentirlo.
y pese a todo el dolor me veo fuerte, más fuerte de lo que siempre creo que soy, pero temo acorazar aún más mi corazón, no quiero eso para mí.
quiero seguir apostando el todo por el todo aunque me equivoque, quiero tener fuerzas para entregarme otra vez y para querer.
quiero en algún punto desear otro cuerpo.
aún es temprano para eso, para mí.
por ahora estoy conmigo, a quien había abandonado me muchas maneras por demasiado tiempo.
el adiós es doloroso por ahora, pero supongo que pronto estaré bien y que todo cobrará un nuevo sentido.
triste, triste, triste
Ha pasado una semana, solo una semana, y parecen años. A ratos estoy muy bien, muy tranquila, muy cómoda, pero hay otros momentos en los que siento un dolor terrible perforándome el pecho. He estado tan triste que no he podido llorar más que por ratitos y siento que tengo litros de lágrimas atorados. Hoy pensé en ir a buscarlo a su casa, en verlo, en llorar con él, luego pensé que para qué todo eso. A él seguramente no le importa cómo estoy, cómo me siento, y yo me sentiría aún más triste al sentir su frialdad. Si en la F. no me regresa ni a ver será porque desaparecí del todo.
Veo a su novia y siento una rabia terrible, incontenible, aunque sé que ella no es nadie, que no pinta nada en mi vida, que no es parte del infierno en el que vivo por ahora.
La ausencia del otro es mortal. Saber que ya no es parte de mi vida es doloroso. Quiero ver la luz del otro lado, pero por lo pronto no la veo.
Y sigo sin entender cómo alguien que dijo quererme puede producirme un dolor tan grande. Lo peor no es que tenga una nueva persona junto a él un día después de haber terminado, lo peor es suponer que ya estaban juntos antes, que él preparaba ya su partida construyendo una nueva relación. Me siento tonta por no haber desconfiado nunca, al mismo tiempo me siento honesta porque mientras estuve con él nunca pensé en nadie más y ahora que no estamos juntos tampoco pienso en nadie más. No me cabe en la cabeza meter en mi vida a alguien cuando aún pienso en otra persona, no puedo ni pensar en que otras manos me toquen, en besar otra boca, en compartir mi cama con nadie. No puedo pensar en sentir ternura y amor por nadie más, por nadie, en realidad. La tristeza profunda no me deja sentir amor, solo rabia. Y lo que más trisite me pone es que no me gusta sentir cosas feas, no me gusta sentir enojo por algo que sé que no tiene solución, que no depende de mí.
Es la segunda vez que me siento de este modo, tan traicionada, y no porque haya una persona nuevas con mis ex pareja, sino porque al final me doy cuenta de que no conocía a esa persona, de que es un total extraño.
Veo a su novia y siento una rabia terrible, incontenible, aunque sé que ella no es nadie, que no pinta nada en mi vida, que no es parte del infierno en el que vivo por ahora.
La ausencia del otro es mortal. Saber que ya no es parte de mi vida es doloroso. Quiero ver la luz del otro lado, pero por lo pronto no la veo.
Y sigo sin entender cómo alguien que dijo quererme puede producirme un dolor tan grande. Lo peor no es que tenga una nueva persona junto a él un día después de haber terminado, lo peor es suponer que ya estaban juntos antes, que él preparaba ya su partida construyendo una nueva relación. Me siento tonta por no haber desconfiado nunca, al mismo tiempo me siento honesta porque mientras estuve con él nunca pensé en nadie más y ahora que no estamos juntos tampoco pienso en nadie más. No me cabe en la cabeza meter en mi vida a alguien cuando aún pienso en otra persona, no puedo ni pensar en que otras manos me toquen, en besar otra boca, en compartir mi cama con nadie. No puedo pensar en sentir ternura y amor por nadie más, por nadie, en realidad. La tristeza profunda no me deja sentir amor, solo rabia. Y lo que más trisite me pone es que no me gusta sentir cosas feas, no me gusta sentir enojo por algo que sé que no tiene solución, que no depende de mí.
Es la segunda vez que me siento de este modo, tan traicionada, y no porque haya una persona nuevas con mis ex pareja, sino porque al final me doy cuenta de que no conocía a esa persona, de que es un total extraño.
loca
me pasan un millón de cosas por la cabeza, un millón, cada cosa es más loca que la anterior.
releo el blog, y leo lo que pasó hace tiempo.
Hace un año el Humo se fue, hace un año nacieron el Athos y el Porthos, hace un año corrí 10 kilómetros, hace un año muchas cosas eran aboslútamente diferentes.
Este año mucha gente se casó, este año mucha gente regresa, este año siento como si las cosas volvieran a su lugar, si es que tienen un lugar.
Anoche un bus se chocó contra otro en la esquina de mi casa.
Hace un año hubo caos democrático en mi país.
Hoy hace un día soleaado y maravilloso, estoy metida en la cama aunque ya son las 10 am, tengo un almuerzo, en la tarde voy a grabar música, mañana dicto clases al mba.
Demasiados planes, demasiadas cosas establecidas, qué le dejo a la casualidad?
N. me habló de una serie "The big C", hoy vi dos capítulos.
Suena el teléfono y contesto, la comunicación falló, digo aló y el gato se despierta y piensa que le hablo y me contesta, me río y decido levantarme, desayunar, salir a disfrutar de este sol, de la gente con la que quedé hoy.
Día extraño, al fin se termina este mes.
Mi papá me escribió ayer al celu, en lugar de llamarme. "Cómo estás" Bien, estoy bien, ya duermo, ya como, estoy alegre, todo toma otro rumbo. "¿un buen rumbo?" Sí, un rumbo sola pero tranquila. "Me cotento muchísimo"
Me reí porque no pudo llamarme para hablar, supongo que le resulta difícil preguntarme directamente lo mismo.
un buen rumbo, un buen rumbo, no sé qué es un buen rumbo, pero me gusta sentir que estoy rumbo a algo, pero siempre estamos rumbo a algún lugar no, siempre.
Rumbo al infinito y más allá, rumbo al trabajo, rumbo a las citas, rumbo a algún encuentro, en el camino.
releo el blog, y leo lo que pasó hace tiempo.
Hace un año el Humo se fue, hace un año nacieron el Athos y el Porthos, hace un año corrí 10 kilómetros, hace un año muchas cosas eran aboslútamente diferentes.
Este año mucha gente se casó, este año mucha gente regresa, este año siento como si las cosas volvieran a su lugar, si es que tienen un lugar.
Anoche un bus se chocó contra otro en la esquina de mi casa.
Hace un año hubo caos democrático en mi país.
Hoy hace un día soleaado y maravilloso, estoy metida en la cama aunque ya son las 10 am, tengo un almuerzo, en la tarde voy a grabar música, mañana dicto clases al mba.
Demasiados planes, demasiadas cosas establecidas, qué le dejo a la casualidad?
N. me habló de una serie "The big C", hoy vi dos capítulos.
Suena el teléfono y contesto, la comunicación falló, digo aló y el gato se despierta y piensa que le hablo y me contesta, me río y decido levantarme, desayunar, salir a disfrutar de este sol, de la gente con la que quedé hoy.
Día extraño, al fin se termina este mes.
Mi papá me escribió ayer al celu, en lugar de llamarme. "Cómo estás" Bien, estoy bien, ya duermo, ya como, estoy alegre, todo toma otro rumbo. "¿un buen rumbo?" Sí, un rumbo sola pero tranquila. "Me cotento muchísimo"
Me reí porque no pudo llamarme para hablar, supongo que le resulta difícil preguntarme directamente lo mismo.
un buen rumbo, un buen rumbo, no sé qué es un buen rumbo, pero me gusta sentir que estoy rumbo a algo, pero siempre estamos rumbo a algún lugar no, siempre.
Rumbo al infinito y más allá, rumbo al trabajo, rumbo a las citas, rumbo a algún encuentro, en el camino.
jueves, 29 de septiembre de 2011
increíble
Estaba tan cegada, pero tanto, que no vi lo evidente.
Luego de este tiempo de agotamiento mental y físico releo cositas que había escrito por ahí donde estaban todas las respuestas a mis preguntas, esas que decidí ignorar.
Las cosas pasan, la gente vuelve. La próxima semana llegan cuatro personas queridas y yo casi sin enterarme por estar concentrada en mi dolor. Viene D., viene G., vuelve N. y el JP.
Y al darme cuenta de que regresan me volvió el alma al cuerpo, me sentí alegre, me sentí un poquito más yo al pensar en esas personas que ahora vuelven para estar cerca.
En estos días solitarios no he estado tan sola. Ha surgido gente nueva, ha vuelto alguna de antes, a la que había dejado de ver. No había pensado en ... en mucho tiempo, solo lo había visto una vez desde que regresó, antes la casualidad nos juntaba mucho en muchos lugares y desde que volvió, hace un par de meses, no nos habíamos encontrado más que esa única vez en el supermercado.
Ayer, en una charla casual salió su nombre y me enteré sin querer queriendo de que cuando tuvimos algo yo le rompí el corazón, y me sorprendí, porque pensé que yo había sido la única con el corazón roto.
Entonces volví a pensar en él y a tener ganas de encontrármelo, luego de todo este tiempo sin vernos, ni hablarnos, teniendo referencias solo por terceros, lo recordé claramente y sentí curiosidad.
A ver si la casualidad nos junta a propósito de los amigos que regresan.
Hoy chateé con F. Fue reconfortante saber de su vida luego de este tiempo de distancia, siento que los abismos se acortaron.
Hay aún un par de asuntos que me faltan resolver para sentirme al día, sin pendientes, pero para eso todavía falta un tiempo.
R. me ha apoyado mucho, ha sido una gran compañía buscándome luego de clases, llevándome al cine, yendo a exposiciones, proponiendo paseos y desayunos. Me puse a pensar también en que siempre ha estado, desde hace mucho, y eso es gratificante, que la gente esté, estar para la gente.
Volví a tener la relación cercana que siempre tuve con L. ha sido bueno hablar seguido, vernos, saber sus historias, sentirme escuchada y apoyada.
Siento que poco a poco vuelvo. Y mientras más lo pienso, más lejos me veo de lo que fui en estos últimos meses.
Dejé de escribir, no hice un diario, como los que siempre había llevado, y esta semana empecé uno, muy significativo.
Vuelvo al blog.
Vuelvo a leer mucho.
Vuelvo a dormir.
Vuelvo a salir.
La gente casualmente regresa, y todos a la vez, eso me trae mucha alegría.
Vuelvo a sentir alegría en mi casita, con mis gatos.
Vuelvo a planear viajes.
No me di cuenta hasta ahora de lo triste que estuve por tanto tiempo, de lo bloqueda que me quedé desde febrero de este año, cuando pasaron tantas cosas tan feas.
R. dice que seguramente me hacía falta pasar por esto, que por eso dejé que pasara.
En realidad ahora no pienso en por qué pasó o no todo lo que pasó. Ahora prefiero no pensar, no recordar, dejar mis energías para otras cosas.
Los días pasan rápidamente, tanto que me asusta. El tiempo, el tiempo, el tiempo, que lo cura todo.
Luego de este tiempo de agotamiento mental y físico releo cositas que había escrito por ahí donde estaban todas las respuestas a mis preguntas, esas que decidí ignorar.
Las cosas pasan, la gente vuelve. La próxima semana llegan cuatro personas queridas y yo casi sin enterarme por estar concentrada en mi dolor. Viene D., viene G., vuelve N. y el JP.
Y al darme cuenta de que regresan me volvió el alma al cuerpo, me sentí alegre, me sentí un poquito más yo al pensar en esas personas que ahora vuelven para estar cerca.
En estos días solitarios no he estado tan sola. Ha surgido gente nueva, ha vuelto alguna de antes, a la que había dejado de ver. No había pensado en ... en mucho tiempo, solo lo había visto una vez desde que regresó, antes la casualidad nos juntaba mucho en muchos lugares y desde que volvió, hace un par de meses, no nos habíamos encontrado más que esa única vez en el supermercado.
Ayer, en una charla casual salió su nombre y me enteré sin querer queriendo de que cuando tuvimos algo yo le rompí el corazón, y me sorprendí, porque pensé que yo había sido la única con el corazón roto.
Entonces volví a pensar en él y a tener ganas de encontrármelo, luego de todo este tiempo sin vernos, ni hablarnos, teniendo referencias solo por terceros, lo recordé claramente y sentí curiosidad.
A ver si la casualidad nos junta a propósito de los amigos que regresan.
Hoy chateé con F. Fue reconfortante saber de su vida luego de este tiempo de distancia, siento que los abismos se acortaron.
Hay aún un par de asuntos que me faltan resolver para sentirme al día, sin pendientes, pero para eso todavía falta un tiempo.
R. me ha apoyado mucho, ha sido una gran compañía buscándome luego de clases, llevándome al cine, yendo a exposiciones, proponiendo paseos y desayunos. Me puse a pensar también en que siempre ha estado, desde hace mucho, y eso es gratificante, que la gente esté, estar para la gente.
Volví a tener la relación cercana que siempre tuve con L. ha sido bueno hablar seguido, vernos, saber sus historias, sentirme escuchada y apoyada.
Siento que poco a poco vuelvo. Y mientras más lo pienso, más lejos me veo de lo que fui en estos últimos meses.
Dejé de escribir, no hice un diario, como los que siempre había llevado, y esta semana empecé uno, muy significativo.
Vuelvo al blog.
Vuelvo a leer mucho.
Vuelvo a dormir.
Vuelvo a salir.
La gente casualmente regresa, y todos a la vez, eso me trae mucha alegría.
Vuelvo a sentir alegría en mi casita, con mis gatos.
Vuelvo a planear viajes.
No me di cuenta hasta ahora de lo triste que estuve por tanto tiempo, de lo bloqueda que me quedé desde febrero de este año, cuando pasaron tantas cosas tan feas.
R. dice que seguramente me hacía falta pasar por esto, que por eso dejé que pasara.
En realidad ahora no pienso en por qué pasó o no todo lo que pasó. Ahora prefiero no pensar, no recordar, dejar mis energías para otras cosas.
Los días pasan rápidamente, tanto que me asusta. El tiempo, el tiempo, el tiempo, que lo cura todo.
martes, 27 de septiembre de 2011
...
perdí la perspectiva, perdí el rumbo, el dolor me inundó y dejé que me poseyera.
Quiero volver a tener el control de mi vida, quiero volver a sentir.
No hay culpables, por lo tanto no hay enojo.
Es la ley de la vida, algo se termina solo para dejarle lugar a algo más.
Mi mamá siempre dice que hay que vaciar para llenar y llegó mi momento de vaciar.
De esto saqué varias cosas, como de todo. Tengo una nueva gran amiga, alguien que ha estado conmigo en mi proceso.
Sé que el dolor es pasajero, aunque intenso.
Sé que luego de las tormentas viene la calma, sé que esa es una certeza.
Las ausencias duelen, pero de esas ausencias hay que sacar provecho.
Es el momento de reconocerme, de reencontrarme.
A los 33, como mujer adulta y soltera, en mi mejor momento.
De él no vuelvo a hablar, él tiene su vida en su nuevo tiempo.
Yo tengo mi vida, en mi nuevo tiempo.
Salud, por los nuevos tiempos.
Quiero volver a tener el control de mi vida, quiero volver a sentir.
No hay culpables, por lo tanto no hay enojo.
Es la ley de la vida, algo se termina solo para dejarle lugar a algo más.
Mi mamá siempre dice que hay que vaciar para llenar y llegó mi momento de vaciar.
De esto saqué varias cosas, como de todo. Tengo una nueva gran amiga, alguien que ha estado conmigo en mi proceso.
Sé que el dolor es pasajero, aunque intenso.
Sé que luego de las tormentas viene la calma, sé que esa es una certeza.
Las ausencias duelen, pero de esas ausencias hay que sacar provecho.
Es el momento de reconocerme, de reencontrarme.
A los 33, como mujer adulta y soltera, en mi mejor momento.
De él no vuelvo a hablar, él tiene su vida en su nuevo tiempo.
Yo tengo mi vida, en mi nuevo tiempo.
Salud, por los nuevos tiempos.
miércoles, 14 de septiembre de 2011
alucinada
Para dejar el bajón de lado decidí acudir a la acupuntura. Oh maravillosa terapia china. Al salir de la consulta, como por arte de magia, ya me sentí mejor. Me pincharon, inyectaron, hablaron y escucharon. Pude dormir delicioso.
En fin, me siento como nueva. Además he visto a mucha gente a la que no había podido ver en los 10 meses de encierro (en pareja) que viví.
Ha sido muy bueno ver a tanta gente, y reencontrarme con otra.
Del 1 al 10 ayer decía 6, hoy digo 7.
En fin, me siento como nueva. Además he visto a mucha gente a la que no había podido ver en los 10 meses de encierro (en pareja) que viví.
Ha sido muy bueno ver a tanta gente, y reencontrarme con otra.
Del 1 al 10 ayer decía 6, hoy digo 7.
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