Nos ha dado qué pensar lo ocurrido en Barcelona hace unos días. Las imágenes fueron durísimas. Muchos nos quedamos con una sensación extraña dentro, como de rabia, miedo, inconformidad...
Viví un tiempo corto en España hace cuatro años, y nunca tuve un solo problema con nadie a causa del racismo; sin embargo, quedaba claro para todos que los latinos, en especial los ecuatorianos, somos tratados como ciudadanos de segunda clase. Eso se ve aquí mismo, en la Embajada de ese país. Las filas inhumanas, el teléfono que rara vez es contestado por alguien, las visas negadas, etc.
La pregunta que siempre me ha rondado es por qué si la migración no es un fenómeno reciente sigue causando tantos estragos. ¿Por qué es tan difícil de entender que somos iguales? Digo iguales con respecto a los derechos que tenemos, por lo demás ¡qué viva la diferencia!
Y está claro que los europeos no son los únicos que padecen de este mal, también nosotros, eso es lo trágico, nos quejamos de lo que reproducimos a diario...
Cuántas veces he escuchado, en diversos círculos, en distintas épocas, en boca de conocidos y desconocidos, quejas hacia los migrantes que viven en Ecuador, ya sean colombianos, peruanos, chinos o de otras latitudes...
No entiendo la violencia, nunca la he entendido, y ver en la tele, una y otra vez la imagen de un chico tan joven y tan lleno de odio golpeando a una muchachita, me preocupó, pero sobre todo me entristeció... ¿será él el reflejo de toda una sociedad o solo de una minoría?
No entiendo bien este mundo, lo intento, pero no puedo...
1 comentario:
La falata de tolerancia ante la diferencia es algo que asusta. sea de fienrete país, raza, género, condicion social y de más.
El miedo de se ve reflejado en violencia, en odio, en rechazo. Es terrible verlo, es terrible sentirlo y es aun ás terrible saber que una parte de uno teine en algún lado ese prejucio también.
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