lunes, 30 de junio de 2008

Despedida

Odio las despedidas, odio los aeropuertos, aunque en el fondo sea una drama queen, odio esa sensación de vacío, de amputación de las partidas.

Hoy a las nueve salió el avión, y N. y B. se fueron rumbo a Inglaterra.


El viernes fue la despedida, hubo reunión familiar con karaoke y comida típica.

Al empezar hubo un brindis y, para sorpresa mía, N., que siempre se muestra tan fuerte, lloró como una niña en el hombro de una de mis tías (de nuestras tías), y a muchas se les fueron las lágrimas (digo muchas porque ellos no suelen llorar).

Hay partes de mi familia que no comprendo y no me gustan, pero el viernes fue un día de comprender por qué les quiero y cómo soy parte de ellos.

Cantamos hasta las dos de la mañana, con voces ya roncas, muertos de la risa, despidiendo a N.


El sábado hubo desayuno de despedida, comimos rico, charlamos algo y a las doce treinta me fui. Me despedí un par de veces de N., como si nos fuéramos a ver más tarde. Fui al estudio a despedirme de B., que embobado con la computadora apenas me dijo chau. Me acerqué y le dije, “despídete bien de mí, dame un abrazo, que no sé cuándo nos volvamos a ver”, entonces me miró, se levantó y me dio un beso y un abrazo.

B. tiene 5 años, me gustaría verle a los 6, 7, 8, 9….



Volví a la sala y me despedí de todos, otra vez le dije chau a N. y otra vez nos despedimos como si nada, me acompañó a taxi y prometí volver más tarde.
No volví.



Hoy durante el desayuno vi el reloj y eran las 9:20. N. y B. estarían en el aeropuerto o en el avión, rumbo a su nueva vida.

No puede contenerme, llamé a L. y lloramos juntas en el teléfono, preguntándonos cómo es posible que duela tanto y tan profundo y por qué nos sentimos amputadas, y ahora escribo y lloro, y lloro, todo lo que me contuve para no llorar frente a N. y lo que ella se contuvo también.

Odio las despedidas, odio los aeropuertos.


Posdata. a N. Sé que sabes por qué no fui y por qué no me despedí, y sé que tampoco te gustan las despedidas. Sé que sabes cuánto te quiero y cuánto te voy a extrañar, cuánto ya te estoy extrañando.
Sé que sólo L. puede entender cómo me siento ahora, y de algún modo eso me reconforta.

La distancia duele de un modo extraño, y pasa algún tiempo hasta que uno se acostumbra. La verdad es que no sabemos cuándo nos veremos, pero por fortuna existen el skype, el chat, el teléfono y el correo.


Hace poco las tres nos echamos en mi cama a comer porquerías, tomar té y ver una peli. No salimos a farrear, no tomamos un café fuera. Nos quedamos en la intimidad de un cuarto, acostadas charlando sobre cualquier cosa durante unas pocas horas. Me parece un recuerdo perfecto. Llorar un poco por una peli cursi, mientras sabemos que hay otras dos junto a nosotras, tan cercanas.

Con G. y N. lejos nos quedamos L. y yo acá.


Suerte, suerte, suerte en todo. En el largo viaje, en la nueva ciudad, con la nueva vida. Espero que consigas ese trabajo para el cual ya tienes la entrevista, espero que el clima esté templado y sea cordial mientras se acomodan, que los paisajes sean increíbles, que haya gente que los reconforte, que sientas pronto a ese depar como tu casa, que tejas lindas bufandas con las lanas que te llevaste.


Espero que les vaya muy muy bien a los tres en todo lo que hagan y les deseo todo, todo lo mejor.

Lo bueno es que saben que aquí estamos nosotros, todos nosotros, acompañándoles a la distancia en cada cosa que emprendan, en cada alegría y dificultad.

Y como la memoria funciona como cámara fotográfica, tengo en mi cabeza ahora esas fotos entre las flores, con las manos tapándonos la cara, muertas de la risa y del frío. Tendríamos 5 y 6 años, más o menos, y ahora 29 y 30.

No hay otra forma de nombrar ese cúmulo de momentos que diciendo “familia”, con toooooooodo lo que eso implica.


Te quiiiiiiiiieeeeeeeeerrrrrrrrrrrroooooooooooooooo.

6 comentarios:

Renattus ® dijo...

Casi que me haces llorar a mi también...

Renattus ® dijo...

ah, y saludos a la L.

Nadia dijo...

Gracias, yo sí lloré yo también te quieroooooooooooooo.

Nadia dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

que linda carta!

Eri dijo...

a mi en particular tampoco me gustan las despedidas, las veces q tengo q hacerlo es ocmo , un beso chau te veo as tarde y ese mas tarde nunca se cuando sera finalmente. en fin! animo que avece uso vuelve a ver a la gente en menos tiempo del q piensa
besos