La gente dice que en países con cuatro estaciones es más fácil mudar de ánimo, como quien se cambia de ropa. Pasar, sobre pasar las etapas.
¿Serán nuestras dos estaciones únicas, consecutivas, cíclicas, la razón de nuestra circularidad?
El eterno retorno ¿a dónde?
Esa sensación de buscar y buscar y no encontrar nada.
Jugamos a la gallina ciega ¿Jugamos?
3 comentarios:
Yo no le hago a esos juegos inseguros; uno termina, por alguna extraña razón, tocándose así mismo jeje. Tal vez ahí está el eterno retorno.
Chévere blog
Tal vez no sean solo las dos estaciones. Quito por ser valle, tienen mucho de cuna y mucho de mortaja. Lindo post
Ludovico.
También dice la gente que a causa de las montañas, o por su culpa, no podemos permanecer mucho tiempo fuera de esta ciudad, porque nos sentimos desprotegidos. En una ciudad sin montañas el horizonte (ilimitado) nos aterra. ¿Será?
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