Bueno, tuve un fin de semana muy intenso, de esos que a una le dejan agotada, agotada y sin ganas de nada más que dormir... hace rato no salía de esa manera, sin llegar a la casa hasta la tarde del día siguiente...
Este fin de semana al parecer va a ser igual, porque es la despedida del D. el viernes, el sábado tengo un almuerzo y en la noche hay una fiesta en Tumbaco, a la que quiero ir.
La mañana de hoy fue re intensa. Mi mamá se puso a llorar a mares, como niña. Es que hace año y medio se murió mi abuela con alzhaimer, y mi mamá cree que ella también lo tiene, y está aterrada por la posibilidad de esa terrible enfermedad.
Lo que pasa es que hoy no pudo acordarse de un nombre, no era nombre realmente importante, solo el de un tipo con el que tenía que hablar hoy, pero eso detonó el mar de lágrimas y chuta, fue terrible, duro.
Yo claro, durísima ante sus lágrimas como siempre (es un mecanismo de defensa usado muy a menudo por mí, cuando no me inmuto ante algo puede ser por dos causas: que realmente no me importe, o que me importe demasiado y no sepa cómo manejarlo, así que el silencio ayuda).
La cosa es que yo pienso que se está asustando demasiado. Le dije que fuera al médico, que se hiciera exámenes antes de suponer que tiene algo.
Claro, la enfermedad es hereditaria, y como las conexiones cerebrales se van apagando, a uno le puede pasar cualquier cosa, perder recuerdos, olvidar hábitos... pero el proceso es largo y tormentoso.
Yo, la verdad, creo que lo de mi mamá es estrés, puro y duro, porque trabaja demasiado, ha pasado por mucha tensión durante las tres últimas semanas, y es normal que la pobre cabecita esté agotada.
No conozco enfermedad peor que una que te quite los recuerdos y te convierta en alguien que no eres.
Mi mamá siente que está pasando por el proceso de mi abuela de olvidos involuntarios y es difícil convencerle de lo contrario. Habrá que insistir en lo del médico.
Por otro lado, yo soy rellorona, pero la verdad es que creo que si hay algo que definitivamente no puedes solucionar, como que no tiene mucho sentido martirizarse y si no estás seguro de algo, peor, así que le dije eso, y claro, se puso más sensible. Luego vino el abrazo, y el sermón de hija que cumple el papel de madre (porque desde cierta edad los roles se suelen invertir de vez en cuando) y como que mejor...
Y cuando ella se fue al trabajo yo pensé, mierda, que no sea, que no sea, que no sea. Mi parte lógica se anuló y me tomó la totalmente ilógica...
En esos casos recurro a mi papá, porque sí, mi papá ayuda a reforzar mi parte cerebral, la lógica, la tranquila, la que tiene todo bajo control, pero no le llamé, pensé que tiene mucho con sus cosas como para atormentarle con las mías, y me lo tragué todo.
Parte de la adultez también, aprender a convivir con lo de uno a solas. Lo más importante para uno, lo demás para el resto.
Y en estos momentos es cuando extraño la idea de una pareja, alguien a quien le cuentas este tipo de cosas, alguien que te escucha y te abraza y te entiende, y te quiere bien, alguien que hace que los fines de semana como el anterior no existan, porque te interesa más estar viendo una peli y charlando, que de fiesta for ever...
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