Ayer vi la nueva película ecuatoriana, "Esas no son penas", y puedo decir que tuvo detalles que me gustaron. Aunque me sorprendió ver un Quito siempre gris; luego recordé que desde el avión la ciudad se ve así, oscura y solitaria, y que sólo desde abajo o con las luces encendidas se empieza a apreciar la belleza de la ciudad.
La película entera es una presentación de los personajes, todas mujeres, y es una muestra de lo que es el cine hoy, de lo que intenta contar, es decir la cotidianidad, ni más ni menos que eso. Un día en la vida de cinco mujeres que no se han visto en 14 años.
Aunque a ratos me pareció que la narración era morosa, la simplicidad y la naturalidad de algunos detalles me gustaron. Personajes humanos, sin maquillaje.
Me vi reflejada en algunas escenas, en algunos personajes... y me causó mucha gracia el diálogo en el sexshop, jajajaj, algo como: "Si lo que quiere es compañia, lo mejor es un gato".
1 comentario:
Lo uncio malo de esa película, por que es un intento valiente de salir del cine del lumpen que estamos mal acostumbrados de hacer, es el guión, un final tan abierto como ese te deja mareado.
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