domingo, 27 de enero de 2008

escasez de horizonte


Ayer vi la última peli del Arregui "Cuando me toque a mí", y en una entrevista que le hacen en cuanto a la fotografía de la peli, él dice que al ver las montañas le interesa mostrar la escasez de horizonte. Y pensé en la gente que sale de aquí y se va a vivir a ciudades con mar, como un recurso para olvidar los límites impuestos por esta ciudad.

Y no sé, yo personalmente amo a Quito, pero como en toda relación pasional, a veces también la odio. Sobre todo por lo gris que suele ser a veces. En otras ocasiones veo las montañas, las mismas que nos encierran, de un verde tan encendido, que las amo con locura. Pero me ha pasado que cuando camino por otras ciudades sin montañas me siento perdida, insignificante, sin norte ni sur ni nada.
Podría vivir en otras ciudades, pero me siento atrapada en esta, no necesariamente atrapada para mal, sino como abrazada, como protegida.
Las veces que he visto la ciudad desde el avión, me ha parecido feísima, en cmabio, cuando subo al Pichincha y la veo desde ese ángulo, me parece espectacular...

Y a la distancia, casi casi me ha parecido perfecta. Es realmente como una relación de pareja, no puedes vivir sin ella, aunque cuando estés con ella te des cuenta a cada paso de sus defectos, y de que uno es parte de ellos...

3 comentarios:

Ti. dijo...

a mí hace falta la escases de horizonte ... besos

Olivia dijo...

Lilit, pues yo también amo a Quito, creo que no la cambiaría por ninguna (bueno, también con todo el mundo que conozco jajaja). Lo de las montañas no sé si es escasez de horizonte, para mí es como estar en el vientre, protegida, creo qeu me pasa lo mismo que a ti. Quito, mogigata y todo, es lindísima, incluso desde el avión.

Renattus ® dijo...

Cien por ciento de acuerdo con todo lo que dices del lindo Quito de mi vida.
...y la foto es espectacular!!