Como estuve muy triste el otro día, mi mamá me regaló un rompecabezas. Mejor dicho, ahí jugué un poco con el chantaje emocional y ella cedió.
La cosa es que el fulano rompecabezas tiene 4000 fichas y me está volviendo loca, ahora solo pienso en él, jejeje. Me sobran piezas, me faltan piezas (¿a mí o a él?), armo el borde, lo desarmo, cuento las fichas, comparo colores, tonalidades, en fin, tengo el piso del depar lleno de fichas de colores, unas armadas en pares, otras sueltas por ahí.
Lo de armar rompecabezas me viene de famila, a mis papás les gustaba, no sé si aún les guste tanto como antes, pero heredé el vicio.
Me acuerdo de uno de un mercado medieval que armaron, yo era pequeña, y no me dejaban armar nada si ellos no estaba viendo, para que no les dañara el trabajo, y la mesa estaba siempre llena de piezas, y en las noches y las mañanas, allí estaban ellos, solos o juntos, armando.
El mío es una reproducción de un cuadro de A. Mucha, un artista que me gusta mucho. Es una representación de las cuatro estaciones, y hay una gran variedad de blancos, amarillos, rojos, una locura que no sé cuándo se terminará... tampoco tiene importancia el tiempo, eso es lo de menos, es como una terpia, durará hasta que termine.
2 comentarios:
A mi me dan pánico los rompecabezas. Por que no soy paciente, y por que veo los trozos de mi mismo representados en tanta pieza que se pierde.
a mi de pequeño me gustaban! prometo ir más seguido y ahora sí ayudarte a armarlo jeje... al Alejo ya lo perdimos.. pero yo insisto que hasta tu cumple no estará terminado jejeje.. apostamos margaritas???
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