domingo, 9 de diciembre de 2007

aniversarios

Ayer fui al Ocho y medio porque había una presentación en homenaje a Lennon. Me invitó una amiga que cantó en el show.
Ella fue mi mejor amiga durante la adolescencia, y es curioso, porque ya llegando a la adultez me di cuenta de que fue uno de los amores de mi vida... y en este punto no sé si decir "tómese literal", o no, porque aquí, en esta sociedad de la cual formo parte, decir esto puede escandalizar a muchos, sobre todo a los que no entienden más que una forma de amor. En fin, decía que descubrí que ella había sido uno de los pilares de mi adolescencia, una de las figuras más importantes durante el colegio. Fue quien me acercó a los Beatles, al teatro, a un grupo de amigos interesantes y extraños, a un tipo de crecimiento diferente del que todos los demás adolescentes cercanos tenían. Me acuerdo de que nuestros compañeros de colegio estaban interesados en probar alcohol, tabaco y luego ciertas drogas, mientras nosotras pensábamos en leer, descubrir la música, organizar paseos y fiestas aún ingenuas, enamorarnos de verdad, conocer el mundo desde el otro lado...
Y estar cerca de esta amiga era como sentirme sobre el mundo, tenerlo en mis manos, ser el centro de algo, porque ella tiene o tenía, no lo sé, esta capacidad que tiene muy poca gente, eso de hacerte sentir especial; el problema fue que cuando dejé de sentirme el centro, me desmoroné... Eso lo entiendo ahora, en perspectiva.
Claro, luego vinieron la universidad, los nuevos amigos, las carreras que de verdad nos interesaban, y los hombres, los confusos y enigmáticos hombres.
Y nos distanciamos mucho, casi sin darnos cuenta empezamos a ser dos desconocidas. Luego yo viajé a España, y ahí nos volvimos a encontrar, como en los viejos tiempos, nos acercamos, ya más grandes, con hartos aprendizajes diferentes, y sin embargo nos dimos cuenta de que aún había eso de las amistades importantes, ese lazo que dura siempre, eso de saber que ese alguien va a estar para ti siempre ...
Sin embargo, muchas cosas pasaron, nuestros lados humanos, muy humanos, se mostraron, y dejamos de hablarnos por como cuatro años, pensando, las dos, que la otra debía ser eliminada del sistema, anulada...
Y este años nos volvimos a ver, porque coincidimos en esta ciudad... esta ciudad que puede ser enorme y diminuta. Y por la boda de una amiga de ambas, nos volvimos a acercar, a acercar hasta cierto punto, claro, hasta el punto de conocidas, que pueden chismear y reírse un rato.
Pero ayer, durante el concierto, recordé la adolescencia... y le sentí tan cercana como entonces, y me liberé de un montón de sentimientos que tenía guardados, atrapados, incluso olvidados.
Sé que nunca seremos las mismas, es imposible, somos tan diferentes ahora, y sin embargo, también tengo claro que somos muy parecidas y fue bueno reencontrarla y recordar lo que había olvidado...
Y fue como el primer lastre que tiré del globo, y subí un poco más, y desde donde estoy ahora, veo las cosas mejor

No hay comentarios: