sábado, 18 de febrero de 2017

las segundas partes siempre fueron malas

Cuando le conté a mi amigo R. que volví con F. me dijo que esperaba que no fuera cierto eso de que las segundas partes siempre son malas, pero llegué a la conclusión de que sí lo son, o al menos en mi caso lo son.
Sigo pensando que las relaciones más constantes que tengo son las relaciones con mis gatos, y aunque me digan que ya parezco la señora de los gatos de los simpsons, es verdad!!!!
No pude con esta relación pese a que lo intenté y aguanté cosas que jamás pensé tolerar intentando pensar que se trataba de pequeñeces. Dejé por momentos mi libertad, mi manera de ser, mi tranquilidad, mi alegría, por una relación tormentosa a partir de la cual hasta me enfermé varias veces.
Pero no es cierto que todo haya sido malo, nop. Hubo muchísimos momentos buenos, felices, maravillosos, que me hicieron creer que todo valía la pena.
Hace tiempo que alguien no se preocupaba por mí de esa manera, hace tiempo no me escribían tanto, me llamaban tanto, me veían tanto, me decían tantas cosas bonitas, me hacían sentir tan importante, tan el centro de todo.
Rompí mi propio récord de relaciones de mes y medio y pasé a relaciones de seis meses y ahí ya todo colapsó.
No creo que todo se deba a la convivencia, no. La convivencia es dura, pero se superan esos detalles, esas distancias. Con lo que no pude lidiar fue con la iseguridad del otro, con su lista de temores y rencores, con los secretos y misterios, con los caprichos y la manipulación.
Yo compartí mi vida, mi familia, mi casa, mis amigos, mis recuerdos, mis temores. Él compartió su habilidad en la cocina, su habilidad en la cama, su manera discreta, sus pocas palabras cuando había más gente al rededor. Su inteligencia, su capacidad de análisis, su filosofía y su sociología.
Sin embargo sobre sus afectos nunca supe mucho. Supe que está casado, un matrimonio por papeles a favor de ella. Supe que no pensaba divorciarse en mucho tiempo porque no era algo que le atormentara. Supe que no pensaba seriamente en tener hijos, y si los tiene a lo mejor vendrán luego de su doctorado. Supe que tiene dos hermanos. Supe que su padre murió hace mucho y que no eran muy cercanos. Supe que incluso pensó en cambiarse el apellido al de su madre.
Vi muy pocas fotos, ninguna reciente de su familia.
Supe además que es un hombre inseguro. Que necesita otro tipo de mujer, distinto, muy distinto de lo que soy y represento.
Yo soy demasiado independiente, tengo una vida agitada, muchos amigos, varias actividades laborales. Él necesitaba que le entregara todo mi tiempo, que incluso cuando no estábamos juntos le demostrara que pensaba en él enviándole mensajes, y si el mensaje no llegaba, pues había lío luego.
Si no contestaba el teléfono, pues había lío luego. Si mi celular sonaba, si quería tomar un café con mis amigas, si quería salir sola a algún lugar, todo era un lío.
Él insistía en que no eran celos ni inseguridad sino ganas de estar conmigo, yo insistía en que eso para mi era asfixia.
Y todo eso nos envolvió y nos mató y mató la relación y la dejamos morir.
Y ahora ni siquiera lágrimas tengo, estoy agotada.
Y aún no entiendo cómo una relación puede quitarte tanto, tantas esperanzas, tantas certezas, tantas ganas.

2 comentarios:

Olivia dijo...

Querida, qué puedo decirte, pues que en todo caso te felicito por ser valiente y te juro que te entiendo muy pero muy bien. Y eso, te quiero mucho.

Nadia dijo...

Mi amor.... no eres mujer para vivir con tormentos, eres super fuerte para dejar que te invadan.... no soy tus gatos pero soy una relación amorosa constante. Te quiero y espero que nos veamos pronto!